La Venerable y Muy Noble Cofradía del Santo Entierro y María Santísima de la Soledad es una de las hermandades más antiguas y queridas de Encinas Reales, una pequeña localidad cordobesa con una rica tradición cofrade. Su devoción se centra en dos imágenes principales: el Cristo Yacente, que representa el cuerpo de Cristo en su sepulcro, y la Virgen de la Soledad, quien acompaña a su hijo en el momento más doloroso de su Pasión.
El Cristo Yacente: Un símbolo de fe y silencio
La imagen del Cristo Yacente proviene de los talleres "La Carmelitana" en Olot, Gerona, y llegó a Encinas Reales en 1962. Esta figura está tallada en madera de pino y descansa en una urna adornada con columnas salomónicas doradas. Este Cristo reposa sobre un trono elaborado en madera, obra del cordobés Aurelio Sanchos en 1988, una pieza que aporta solemnidad a la procesión del Viernes Santo.
La procesión del Santo Entierro, caracterizada por un profundo respeto y silencio, recorre las calles de Encinas Reales en un ambiente de recogimiento. El acompañamiento de los hermanos y fieles convierte este momento en uno de los más destacados de la Semana Santa del municipio.
María Santísima de la Soledad: Un tributo a la Madre Dolorosa
La imagen de María Santísima de la Soledad, esculpida por el imaginero egabrense Salvador Guzmán Moral en 1995, ha logrado consolidarse como una de las más veneradas en la localidad. La talla, de 1,60 metros y realizada en madera de caoba, se caracteriza por su realismo y su expresión de dolor sereno. La Virgen de la Soledad es portada sobre un trono de alpaca plateada de dos cuerpos, decorado con faldones de terciopelo granate y llevado por 24 costaleros.
La indumentaria de los hermanos y el silencio del cortejo
Los hermanos de la cofradía visten túnicas de algodón negro, capa y cubre rostro de raso negro, con cinturón de seda amarillo, en contraste con guantes blancos y zapatillas negras. Este atuendo aporta una estética sobria y solemne que resalta en las procesiones del Viernes Santo. La cofradía cuenta con alrededor de 120 hermanos, de los cuales 14 forman parte de la junta de gobierno.
Uno de los elementos más impresionantes de esta hermandad es el respeto al silencio que se mantiene durante toda la procesión. Tanto las mantillas como los penitentes acompañan la imagen en un ambiente de profundo recogimiento, lo que genera un efecto visual y emocional que impacta a todos los presentes.
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Conclusión: Un legado que perdura
La Hermandad del Santo Entierro y María Santísima de la Soledad de Encinas Reales es un claro ejemplo de cómo las tradiciones religiosas se han mantenido vivas a lo largo de los siglos. A través de sus procesiones, esta cofradía invita a los fieles a participar en un momento de reflexión y respeto, manteniendo intacta la herencia religiosa de la localidad.
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